Sé que siempre encontraré
en Pizarnik la palabra justa o el verso exacto que encajará, con la húmeda
precisión del sexo, en el espacio abierto de la representación esperando que un mundo sea desenterrado por
el lenguaje.
Otras veces me dice sin que yo la busque, como esta mañana cuando sus
palabras se treparon a los techos apenas visibles por la neblina y las damas de rojo se extraviaron dentro de
sus máscaras, aunque regresarán para sollozar entre flores. Además, ella
sabe bien, cuando la niebla se me instala en ese espacio de desafección en donde no se sabe qué hacer con tanto no
querer.
..º..